Usted no puede, pero Dios sí

Las fuerzas espirituales que crearon y sostienen el  universo están a su disposición a toda hora, siempre que usted sepa invocarlas inteligentemente. Hay una sola Primera Causa, desde luego, pero actúa en un sinnúmero de formas distintas, y le responderá de la manera que más se ajuste a lo que usted necesita.
La manera de invocar este Poder consiste en serenarse tanto mental como físicamente, y luego pedirle con ecuanimidad que haga lo que Él sabe que es necesario. No ordene formas y métodos.
Sus oraciones suelen quedar sin respuesta porque usted trata de hacer las cosas usted mismo en vez de dejar que las haga el Gran Poder. Usted utiliza el poder de su voluntad, y no puede conseguir lo que quiere porque su voluntad es sólo usted.
¿Ha visto alguna vez cómo funciona un montacargas o una enorme grúa en los muelles? Usted ha visto lo que ocurre. El operador ni siquiera soñaría con levantar esa carga con sus músculos. Se agotaría, posiblemente sufriría una lesión grave, y no avanzaría ni un ápice en su tarea.
Lo que hace el operador es mover suavemente un pequeño interruptor, nada más. La fuerza eléctrica, sin el menor esfuerzo, sin ruido, eleva la carga a la altura que se requiera, y tantas veces como sea necesario.
Cuando usted trabaja espiritualmente, usted está aplicando el Poder Infinito a su problema. No puede haber sino un resultado: la victoria.

“Cesad y reconoced que yo soy Dios.”*

*Salmo 46:110

Emmet Fox “Dale valor a tu vida”

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